Crean el primer paso de Semana Santa teledirigido - NIUS

2023-01-10 18:48:35 By : Ms. Sonia Fan

José María Peña es Técnico de mantenimiento de ascensores y han sido sus conocimientos en electrónica y mecánica los que le han permitido dar un paso más. Nunca mejor dicho porque este jerezano ha conseguido crear el primer paso de Semana Santa teledirigido, en miniatura. Una réplica de los de verdad a la que no le falta un detalle, con la diferencia de que mide poco más de un palmo y apenas pesa tres kilos.

Él prefiere no llamarlo invento, aunque reconoce “que es único y no se le había ocurrido a nadie”, cuenta a NIUS. El movimiento lineal de las poleas de los ascensores y su pasión cofrade han sido la ecuación perfecta para la creación de esta obra de arte en miniatura que funciona por control remoto.

A través de un mando, como el de los coches teledirigidos, José María es capaz de ordenar que el paso se levante o se arríe, que ande hacia adelante o hacia atrás, a derecha o izquierda. Incluso se recrea con mecidas ‘de costero a costero’ o con más brío. “Cada botón tiene una función y la combinación de dos pulsadores permite, por ejemplo, cambiar la velocidad”, apunta.

Mientras un botón acciona la voz del capataz, “¡Tos por igual, valientes!”, otro activa la ‘levantá’ y así el pequeño paso se va, poco a poco, meciendo sin perder compás. De estos movimientos lentos está especialmente orgulloso su creador. “Las mecidas y la levantá están muy conseguidas”, reconoce.

No falta la música, que se puede personalizar, y los pies de los costaleros asomando bajo los faldones. Una obra de arte, a pequeña escala, con muchos meses de trabajo detrás. “Ha sido un reto. Sin proponermelo he ido, poco a poco, añadiendo detalles y perfeccionando”, reconoce.

La mala noticia es que, de momento, el invento de José María no está en venta, a pesar de la gran acogida que ha tenido. “Hay muchos padres interesados en conseguir uno para sus hijos pero yo no tendría tiempo para hacerlos y saldrían muy caros”, lamenta. Por eso, por ahora, lo ha patentado y no descarta que alguna empresa se interese y los comercialice. “Se podría hacer, por ejemplo, con materiales reciclados”, señala.

No pretende hacerse rico con su invento. “La mejor recompensa es la aceptación que ha tenido, es un orgullo”, señala. Y solo espera que, algún día, pueda ver en la plazoleta a los niños jugando con sus pasos, nos dice.

El ingenio de José María no tiene límites y ya trabaja en el palio. Ahora, el reto es el movimiento de las bambalinas. “Podría hacerlas fijas que sería más fácil pero, entonces, no sería como la realidad”, explica.