El BMW Serie 2 Active Tourer es un vehículo que levantó mucha polémica en 2015. Era el primer modelo de la historia de la compañía con tracción delantera y el segundo con mecánicas tricilíndricas. Pese a ello, logró acercarse a un nuevo grupo de compradores y ahora llega la segunda entrega. Hoy probamos el nuevo BMW 218d Active Tourer.

El nuevo BMW Serie 2 Active Tourer se basa en una arquitectura nueva, modular y escalable. La conoces de sobra, BMW Group ya la emplea en varios modelos. Además, ha sido concebido desde el principio como un modelo capaz de acoger mecánicas gasolina, diésel y sistemas enchufables. Y no solo eso, también permite integrar numerosos ADAS.

Gracias a ello, la nueva generación del monovolumen de BMW no solo desafía a su competidor directo, el Mercedes-Clase B, sino también al universo SUV que tan de moda está. Mantiene su comportamiento dinámico, soluciones interesantes para la carga y un habitáculo generoso en sus cotas en una carrocería compacta.

Tiene un precio alto frente a muchos de sus rivales. A cambio ofrece amplísimas posibilidades de equipamiento, una excelente carga tecnológica y un comportamiento dinámico que ya quisieran muchos. Todo ello lo convierten en un gran producto nacido para conquistar a las familias. Lo cierto es que BMW lo ha bordado con este modelo.

En el apartado del diseño exterior, el nuevo BMW Serie 2 Active Tourer cuenta con superficies limpias y reducidas. Desarrollado sobre una plataforma UKL mejorada, evoluciona hacia una silueta más compacta y dinámica. En el frontal destaca la llamativa parrilla con los riñones de BMW, que ahora es más grande.

Tiene un corto capó mejor integrado que desemboca en una amplia luna delantera. La parrilla es activa y a ambos lados encontramos los finos contornos de los faros Full LED de serie. En este caso son adaptativos, con función automática de luces largas/cortas. El paragolpes tiene un aire deportivo y tomas de aire laterales con embellecedores.

También el perfil queda mejor resuelto, con hombros más musculosos y superficies más limpias. Los pilares A, más inclinados que los del modelo anterior, el diseño alargado de las ventanillas laterales, los tiradores de las puertas enrasados y los finos pilares C también contribuyen a dar forma a la dinámica silueta del monovolumen.

Según la marca, el nuevo diseño de los hombros de las puertas que rodean a los pilares A mejora mucho la visibilidad. Las puertas son robustas y proporcionan un excelente confort acústico. Por otra parte, el diseño de los retrovisores ayuda a reducir el ruido del viento, optimiza la aerodinámica y mejora la visibilidad en todos los sentidos.

Podemos encontrar llantas de entre 16 y 19 pulgadas. Aquí vemos unas llantas de 18 pulgadas opcionales. Están calzadas con neumáticos Continental PremiumContact 6 en dimensiones 225/50 R18 99W. Para el exterior se ofrecen hasta 11 colores clásicos con diversos acabados. En este caso vemos el Sanremo Green metalizado.

Respecto a las dimensiones del BMW Serie 2 Active Tourer, hablamos de 4.39 metros de largo, 1.82 metros de ancho y 1.58 metros de alto. La altura libre es de 171 mm y la batalla alcanza los 2670 mm. Los anchos de vía delantero y trasero miden 1.586 y 1.587 mm, respectivamente. El coeficiente aerodinámico Cx es de 0,26.

El carácter del BMW Serie 2 Active Tourer también se refleja fielmente en el diseño de la parte trasera del vehículo. Su portón trasero (eléctrico de serie) ofrece un enorme hueco de acceso al maletero. Divide en dos partes las nuevas ópticas LED. Las salidas de escape están integradas en el faldón y quedan ocultas en todas las variantes.

Sobre el techo vemos unas barras longitudinales que pueden ir en negro o en aluminio. Hay una antena de tipo aleta de tiburón y un techo panorámico eléctrico practicable opcional. Otras oppciones interesantes son el paquete Shadow Line, los cristales tintados, el acceso confort, las cámaras 360º y el gancho de remolque.

Su interior, profundamente rediseñado, combina una gran variedad de posibilidades de uso con una moderna geometría. No falta la nueva pantalla BMW Curved Display, al estilo del BMW iX. El nuevo Active Tourer es una referencia en cuanto a innovaciones en tecnologías, control, operación y conectividad.

La disposición del habitáculo y una serie de detalles se inspiran en el concepto del habitáculo del BMW iX. Sí, el buque insignia tecnológico de la marca. Según la marca, el nuevo BMW Serie 2 Active Tourer ofrece a los ocupantes de sus cinco plazas un confort en viajes largos notablemente superior al de su predecesor.

En el interior del BMW Serie 2 Active Tourer encontramos mucha tecnología y grandes cantidades de espacio. La compañía también ha elegido cuidadosamente una selección de materiales de alta calidad. Gracias a ello, la sensación premium es elevada, con buenos ajustes y detalles de alto valor, como la imitación de madera.

También encontramos unos cómodos asientos opcionales con buen agarre y excelente equipamiento de confort. Pueden contar con ajustes eléctricos, ajuste lumbar, memoria, calefacción, ajuste activo, extensión de la banqueta y función de masaje. Para el interior hay cinco tapizados y cinco posibilidades de molduras.

En diseño, las pantallas y los controles se reducen a lo esencial. Esto refuerza el enfoque minimalista, aumentando la sensación de espacio. Te sientes en una cabina relajante y despejada. También hay cámaras en el interior y el exterior para situaciones de riesgo como robos o accidentes; o para hacerte un selfie.

Estas se pueden controlar a través de la app móvil y utilizarse para muchas funciones. En un coche como este, la aplicación móvil es indispensable. Permite controlar prácticamente todo, desde abrir o cerrar el coche hasta usar las apps. Ofrece muchísima personalización y se admiten hasta cinco perfiles de usuario exportables.

Para el volante encontramos tres opciones: de serie, deportivo M (suma detalles cromados) y calefactado. Su diseño, como ves, se ha remozado. También novedad son el interruptor basculante para la selección de marchas y la pantalla curva independiente. El nuevo sistema BMW Operating System 8 es una pasada.

El corazón del sistema es una nueva pantalla curva de grandes dimensiones. Consta de un grupo de instrumentos digitales de 10,25 pulgadas y un sistema de información y entretenimiento de 10,7 pulgadas. Se combinan en una sola carcasa y las pantallas están orientadas hacia el conductor para lograr una ergonomía óptima.

Se maneja como un smartphone y no admite tacha. Tiene excelentes gráficos y mucha fluidez, aunque peca de tener excesiva información. Requiere adaptarse a ella. Integra un aluvión de novedades que llevan la relación entre coche y conductor a un nuevo nivel. Estas son algunas de las nuevas características tecnológicas que encontramos:

Su manejo es táctil. Estas pantallas se complementan con un Head-Up Display opcional. Por último, cabe destacar la nueva consola flotante, donde se ubican el selector del cambio y algunos controles. Es quizá la parte menos vistosa por el empleo de un plástico de tacto frío. Debajo hay un enorme hueco portaobjetos de base forrada.

Desde luego en espacio de almacenamiento interior no admite tacha. Frente a la consola central hay también dos posavasos, tomas USB-C, toma de 12V y la carga inalámbrica del smartphone. La firma bávara ha recurrido, además, a un enganche para evitar que el teléfono se desplace en las curvas mientras carga.

En términos de habitabilidad, el espacio crece en todas las plazas. Por el diseño de la carrocería, la altura y el ángulo de apertura de las puertas (70º), el acceso también resulta sencillo y cómodo. Encontrar la postura de conducción es fácil y todo queda al alcance de las manos. Los cinturones no tienen ajuste en altura.

La banqueta trasera ha sido diseñada para tres pasajeros, aunque solo dos irán cómodos. Eso sí, caben adultos de hasta 1,95 metros de altura sin problema, en la línea de los Touran y Clase B. El asiento central tiene un respaldo más duro a causa del reposabrazos. Además, el túnel de transmisión es algo molesto.

La segunda fila cuenta con ajuste longitudinal (130 mm de recorrido) y del respaldo. Es algo que también tienen el Clase B y el Touran. En la prolongación de la consola central encontramos dos salidas de ventilación, dos tomas USB-C y un espacio para dejar objetos. Lo que no hay regulación de temperatura o del caudal de aire.

Los asientos traseros ofrecen una división 60:40. El maletero cubica 406 (PHEV), 415 (220i) o 470 litros, ampliables hasta 1.455 litros en este caso. Es algo mayor que el del Clase B, pero más pequeño que el del Touran. Tiene formas regulares, iluminación, portón eléctrico manos libres, ganchos… El borde de carga queda a 670 mm.

Junto al remozado diseño encontramos una novedosa tecnología en sus propulsores. Esta mejora tanto el placer de conducción como la eficiencia. Como versión de acceso en gasolina llegará el 216i con 122 CV (90 kW). Por ahora tenemos el 218i con 136 CV (100 kW). Le sigue el 220i con 170 CV (125 kW) e hibridación ligera de 48 V.

Si lo tuyo es el diésel, la alternativa que llega en esta primera fase es el 218d con el bloque de 2.0 litros. Tiene 150 CV (110 kW) de potencia. Todos los motores incluyen de serie la transmisión de doble embrague con siete relaciones. Salvo el 220i que lleva la etiqueta ECO, los nuevos Serie 2 disponible cuentan con la más limitada «C».

Las versiones híbridas enchufables incorporan por primera vez la tecnología BMW eDrive de quinta generación. Además, ambas variantes híbridas enchufables son etiqueta “0” emisiones de la DGT. El 225e xDrive cuenta con una potencia de 245 CV (180 kW) y una autonomía de 77 kilómetros.

En ciudad llega a los 85 km con una sola carga. Por su parte, el BMW 230e xDrive Active Tourer aumenta la cifra de potencia hasta los 326 CV (240 kW). En este caso, la autonomía es la misma, de 77 kilómetros en ciclo combinado y de hasta 85 kilómetros si nos movemos por entornos urbanos.

El 218d que hemos probado es una opción cómoda, ahorradora y muy demandada. Monta un bloque de cuatro cilindros en aluminio con dos árboles de levas en la culata, turbo, inyección directa por conducto común, geometría variable e intercooler. Con 1.995 cm3 y cuatro válvulas, desarrolla una potencia de 150 CV (110 kW) entre las 3.750 y las 4.000 rpm; junto a un par máximo de 360 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm.

Puede parecer que no empuja en un rango amplio de revoluciones, pero asociado a la transmisión automática es bastante elástico, aunque no prestacional. Pese a sus buenos bajos, empieza a ganar fuerza a partir de las 1.500 rpm, acelerando con progresividad. En una conducción tranquila, la transmisión sube de marcha en el entorno de las 1.800 vueltas.

Esto ayuda a contener los consumos, complementándose con el sistema Start/Stop, cuyo funcionamiento es realmente suave. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8.8 segundos, recuperando de 80 a 120 km/h en 6.3 segundos. Alcanza una velocidad máxima de 220 km/h. En carretera el motor gira a 1.800 rpm a 120 km/h.

Estas cifras quizás resulten algo justas para algunos usuarios que le van a dar un uso muy dinámico o suelen viajar cargados. Con cuatro pasajeros y el maletero lleno, quedamos algo limitados en algún adelantamiento rápido en vías secundarias. Eso sí, si el grueso de tus viajes es por vías rápidas, cumple satisfactoriamente tus expectativas.

Es un motor muy suave, solo algo ruidoso al arrancar en frío, pero el habitáculo está muy bien aislado.

Respecto a los consumos, la marca homologa un combinado en ciclo WLTP de 4.8 l/100 km. Durante la prueba, el consumo medio se detuvo en los 5.3 litros, una cifra que no se desvía demasiado. Ascendió en torno a los 6.5 litros en ciudad y bajó hasta los 4.7 litros en carretera. Son cifras muy buenas. El depósito de gasóleo tiene 45 litros.

Adicionalmente, encontramos tres modos de conducción: Efficient, Personal y Sport, con poco salto en reacciones entre ellos. Varían distintos parámetros de la dirección, la suspensión y el motor. Por último y, respecto al cambio, este es muy suave y suficientemente rápido para un uso tanto normal como más dinámico del modelo.

En el día a día, es prácticamente imperceptible y responde medianamente rápido a las órdenes que le damos al acelerador. Únicamente en maniobras a baja velocidad ha dado algún tirón, aunque solo en momentos puntuales. En opción podemos pedir levas tras el volante o seleccionar la posición ‘L’ en el selector de cambio.

El BMW Serie 2 Active Tourer es un vehículo que denota calidad de fabricación en su rodar. La postura de conducción es algo más vertical de lo que nos tiene acostumbrados la marca, pero para nada incómoda una vez nos hacemos a ella. Además, conducimos en una posición elevada, lo que mejora la visibilidad.

Esta es buena en todos los ángulos, por lo que maniobrar con el Serie 2 AT es tarea sencilla. Como complemento y, pese a sus contenidas medidas, permite equipar diversos sensores y cámaras para facilitarnos la conducción en ciudad y en espacios reducidos; todo ello rematado por un diámetro de giro de 11,4 metros entre paredes.

En autopista, destaca en aplomo, insonorización y confort. La suspensión -McPherson delante y paralelogramo deformable detrás- es firme, pero resulta cómoda ante la mayoría de las irregularidades del asfalto. Esto nos permite ganar en estabilidad y lograr un paso por curva más asentado, sin apenas balanceos de la carrocería.

Y lo hace sin comprometer la comodidad de los pasajeros. Aquellos que busquen un tarado más deportivo tienen a su disposición la suspensión deportiva M. Esta viene acompañada de una reducción de altura de 15 mm. Además de los muelles más cortos, es aún más firme. En conjunto, el resultado es un centro de gravedad más bajo.

En esencia, nos brinda una suspensión más directa, una menor tendencia al balanceo y una mayor agilidad. Adicionalmente, los distintos modos de conducción nos permiten ajustar a nuestro gusto algunos parámetros como la dureza de la suspensión o de la dirección. En todo caso, hablamos de un monovolumen.

Eso sí, del mejor monovoumen del mercado si lo que buscas es una mayor compenetración entre conductor y vehículo. En este sentido, los cambios de apoyo son más ágiles que en sus rivales y la dirección es rápida como para enlazar curvas con agilidad. Quizá lo que echamos en falta es algo más de feedback.

Para aquellos que busquen mayores sensaciones, BMW ofrece la dirección deportiva variable con una menor menor desmultiplicación. Esta dirección con Servotronic facilita una conducción directa y ágil con menos movimientos del volante, al tiempo que reacciona con diferente desmultiplicación del volante dependiendo del giro.

Por otra parte, ofrece una asistencia de la dirección en función de la velocidad, lo que es realmente cómodo a la hora de maniobrar en espacios reducidos o circular por autopista. En todos los casos, el BMW Serie 2 AT siempre muestra reacciones naturales con una intervención eficaz -pero no intrusiva- de los asistentes a la conducción.

La insonorización es realmente buena, el sonido del motor apenas llega al habitáculo.

Para el equipo de frenada, el BMW Serie 2 Active Tourer recurre a discos ventilados en el eje delantero y discos macizos en el trasero. Tienen buena eficacia y una resistencia a la fatiga adecuada. Sin embargo, su tacto requiere acostumbrarse a ellos para acertar con la frenada y no ser brusco, especialmente en maniobras a baja velocidad.

Rematan el gran conjunto los asistentes a la conducción. Encontramos un completo asistente de aparcamiento, control de crucero activo con asistente de atascos, aviso de ángulo muerto, asistente de carril activo, alerta de tráfico trasero, detección de peatones y vehículos con frenada de emergencia, aviso de dirección prohibida…

Los niveles de acabado para el BMW Serie 2 Active Tourer se denominan Base, Luxury y M-Sport. De serie todos cuentan con faros LED, instrumentación digital, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, navegador integrado, radio DAB, bluetooth, USB, cuatro elevalunas eléctricos, arranque por botón y llantas de aleación ligera.

Otros elementos de serie son el climatizador automático dual, volante deportivo en piel, asiento posterior abatible en tres partes, paquete iluminación interior, selector de modos de conducción, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámara posterior, control de crucero y portón trasero automático, entre muchos otros.

El nivel Luxury añade el paquete cromado exterior, tapizado en piel, llantas de aleación de 17 pulgadas y apliques en madera. Por su parte, el M-Sport suma paragolpes y llantas específicas, asientos deportivos, levas en el volante, tapizado mixto, techo en color antracita y molduras exteriores en aluminio satinado, entre otros elementos.

Como cabría esperar, no falta un completo catálogo de opcionales para configurar a nuestro gusto el monovolumen. Diversos paquetes aglutinan muchos de estos opcionales. Esto permite obtener un precio más ventajoso, aunque ojo con la factura final si quieres hacerte un Serie 2 Active Tourer realmente pintón y equipado.

En España, los precios recomendados para la gama del BMW Serie 2 Active Tourer 2023 sin descuentos ni promociones arrancan en 38.350 euros para el 218i. Si lo quieres PHEV, tendrás que desembolsar un mínimo de 48.450 euros. En el caso del 218d, el precio de partida sin descuentos ni promociones es de 39.300 euros.

Tracción delantera, formato monovolumen, mecánicas tricilíndricas… El BMW Serie 2 Active Tourer cambió la concepción clásica de BMW, pero gracias a ello apareció en el mercado el MPV compacto más deportivo del segmento. Ahora, la segunda generación deja fuera de juego al Mercedes-Benz Clase B y pone en jaque a los SUV de su tamaño en versatilidad y tecnología.

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